A nadie se nos escapa, y parece que son evidentes, las enormes ventajas que para una persona supone correr regularmente. Los beneficios saltan a la vista de todos: cuerpos más delgados y en forma, mayor resistencia, mejora de las constantes cardiovasculares, mayor fuerza, agilidad y flexibilidad, entre otros muchos. Pero recientes estudios realizados por prestigiosas universidades en todo el mundo, han ido más allá, demostrando que correr aporta al organismo una serie de beneficios sorprendentes, que hasta ahora no se asociaban con la práctica de la carrera.
Mejora y ayuda a crecer el cartílago
De nuevo la Universidad de Illinois, muy activa en todo lo que tiene que ver con el estudio de cómo influye el ejercicio y más concretamente el running en el organismo, estuvo comparando la influencia que correr ejercía sobre el cerebro, comparándolo con otro tipo de estimulaciones mentales. Sorprendentemente, encontraron que correr era el mayor estimulante del cerebro, por encima de otros estímulos. Correr fue de hecho, el único estímulo que incrementó de forma notoria las funciones cognitivas.
Fortalece los huesos
Ya se sabía que los ejercicios de carga e intensidad media alta contribuyen a aumentar la densidad ósea, protegiendo al organismo contra fracturas y la temida osteoporosis. Según han descubierto investigadores de la Universidad de Missouri, el ejercicio de alta intensidad, como correr, parece que es de las actividades que refuerzan de una manera más sólida y protegen mejor los huesos, haciéndolos más fuertes.
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